El mes pasado tuve la suerte de disfrutar de unas semanitas de relax en la playa, y hubo un par de cosas que me llamaron mucho la atención con respecto a los socorristas que allí trabajaban.
La primera fue el reducido número (tan sólo dos) para una playa tan extensa. Además, los dos estaban en una torreta, más o menos a la mitad de la playa, pero bastante lejos de cada uno de los extremos. Si llega a ocurrir alguna desgracia en esas zonas, dudo mucho que les hubiera dado tiempo llegar.
La segunda, y a mi entender más grave, es que cuando el reloj marcaba las 8 de la tarde, ellos recogían sus cosas, bajaban la banderita del puesto, y se largaban tranquilamente. En verano, a esa hora, y en días de calor, la playa estaba totalmente repleta de gente, y podía estarlo hasta las 9 y media aproximadamente.
Claro está, ellos no tienen la culpa, sino la entidad u organismo que los contrata y que deja a tantos veraneantes sin ningún tipo de auxilio.
¿Se imaginan a la policía, bomberos, guardia civil, u cualquier otro cuerpo trabajando sólo hasta una hora determinada?
Con ello quiero decir que los socorristas deberían irse cuando lo hiciera la mayoría de la gente, dependiendo del día, y no a horas tan tempranas, y claro está tendrían que pagarles en relación a esto.
Pero como desgraciadamente, esto no sucede así, no nos quedará más remedio, si queremos que nos rescaten, que ahogarnos antes de las 8 de la tarde…